Sociedad Española de Medicina Estética
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XIX Congreso Nacional de la SEME

Mesa redonda: Medicina antienvejecimiento, longevidad y calidad de vida

En primer lugar, el doctor Antonio Cano habló de los beneficios cardiovasculares de los fitoestrógenos, un grupo de sustancias procedentes de las plantas capaces de unirse a los receptores estrogénicos con afinidad suficiente como para esperar efectos biológicos. El grupo más importante de los fitoestrógenos lo componen las isoflavonas, presentes en alta concentración en la proteínas de soja. Según el doctor, las isoflavonas, entre otros beneficios, “mejoran el patrón lipídico, inducen vasodilatación y protegen en magnitud comparable a los estrógenos contra el desarrollo de aterosclerosis experimental en modelos animales”.

Por su parte, la doctora Carmen Menéndez expuso los factores que influyen en el aumento de peso que sufren las mujeres en la menopausia. Según estudios realizados, la disminución de las hormonas lipogénicas, junto a los factores ambientales y de estilo de vida (por ejemplo, el sedentarismo), así como la acumulación de grasa tras el cese de la menstruación causan el incremento de peso. Una nutrición adecuada, la práctica regular de actividad física y la búsqueda de alternativas terapéuticas eficaces ayudan a contrarrestar los efectos de dichos cambios sobre la salud de la mujer, que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama si padece obesidad después de la menopausia.

El doctor Xavier Alberich describió la Escala Cervantes, un cuestionario para medir la calidad de vida en la mujer menopáusica española, ya que, aunque existen numerosos cuestionarios para medir la calidad de vida relacionada con la salud, los instrumentos específicos para la menopausia son pocos. Durante su ponencia, Alberich detalló el proceso construcción y validación de la Escala Cervantes, que se basó en una muestras de 3.311 mujeres españolas de 45 a 65 años.

Durante su ponencia Sueño y longevidad, el doctor Francisco Segarra aseguró que más del 35% de las personas padecen problemas de insomnio”, “aunque es durante la segunda mitad de la vida cuando los problemas relacionados con el sueño se hacen más frecuentes”. El especialista destacó el síndrome de apnea del sueño, el trastorno de movimiento periódico de piernas y el síndrome de piernas inquietas como los tres tipos de patología del sueño más frecuentes en los ancianos.

El doctor Carlos de Teresa, a partir de unos estudios realizados, ha llegado a la conclusión de que, a pesar del declive físico debido al envejecimiento, la capacidad de mejora de las cualidades físicas no está determinada por la edad, sino que es posible aumentar dichas cualidades en cualquier momento de la vida si se produce un estímulo físico necesario y adecuado. Por otra parte, subrayó que la capacidad de mejorar estas cualidades no reside en el propio rendimiento físico, sino en la relación existente entre la fuerza y la resistencia, además del riesgo de mortalidad. De Teresa recomendó realizar ejercicio diariamente y de manera regular –siempre con la indumentaria adecuada-, fortalecer la espalda y los miembros superiores, realizar estiramientos diarios, así como una correcta alimentación e hidratación para una longevidad saludable.

La doctora Lisette Sardá describió el funcionamiento de una consulta Antiaging. Según Sardá, el equipo médico debe ser multidisciplinar y la recogida previa de información sobre el paciente resulta fundamental. Por su parte, el doctor Manolo Sánchez revisó el papel creciente que los nutricéuticos y los alimentos funcionales están teniendo en los últimos años en el campo de la salud. Algunas de las sustancias más utilizadas actualizadas en medicina antienvejecimiento son la vitamina A, la B 6, la C o la E.

Por último, el doctor Juan Bautista Peris habló de la importancia de los antioxidantes de origen vegetal, que constituyen todo un mecanismo protector frente a diversas agresiones medioambientales. El doctor destacó, por un lado, las drogas terapeúticas que contienen antioxidantes ricas en flavonoides, como el crisantelo, el ginkgo o el cardo mariano, y, por otro lado, las drogas terapéuticas que contienen antioxidantes ricas en antocianósidos, como el grosellero negro, el mirtilo negro y la viña roja. Una ventaja importante en el uso de estos extractos en el tratamiento preventivo de la senescencia es que se puede evaluar y medir su acción antioxidante.